Meet the two-world hypothesis and its havoc

Demolition ManThe sewing machine was the smartphone of the nineteenth century. Just skim through the promotional materials of the leading sewing-machine manufacturers of that distant era and you will notice many similarities with our own lofty, dizzy discourse. The catalog from Willcox & Gibbs, the Apple of its day, 1864, includes glowing testimonials from a number of reverends thrilled by the civilizing powers of the new machine. One calls it a “Christian institution”; another celebrates its usefulness in his missionary efforts in Syria; third, after praising it as “honest machine,” expresses his hope that “every man and woman who owns one will take pattern from it, in principle and duty.” The brochure from Singer in 1880, modestly titled “Genius Rewarded: or, the Story of the Sewing Machine”, takes such rhetoric even further, presenting the sewing machine as the ultimate platform for spreading American culture. The machine’s appeal is universal and its impact is revolutionary. Even its marketing is pure poetry: «On every sea are floating the Singer Machines; along every road pressed by the foot of civilized man this tireless ally of the world’s great sisterhood is going upon its errand of helpfulness. Its cheering tune is understood no less by the sturdy German matron than by the slender Japanese maiden; it sings as intelligibly to the flaxen-haired Russian peasant girl as to dark-eyed Mexican Señorita. It needs no interpreter, whether it sings amidst the snows of Canada or upon the pampas of Paraguay; Hindoo mother and the Chicago maiden are to-night making the self-same stitch; the untiring feet of Ireland’s fair-skinned Nora are driving the same treadle with the tiny understandings of China’s tawny daughter; thus American machines, American brains, and American money are bringing the women of the whole world into one universal kinship and sisterhood». “American Machines, American Brains, and American Money” would make a fine subtitle for The New Digital Age, the breathless new book by Eric Schmidt, Google’s executive chairman, and Jared Cohen, the director of Google Ideas, an institutional oddity known as a think/do-tank. Schmidt & Cohen are full of same aspirations, globalism, humanitarianism, cosmopolitanism, that informed Singer brochure. Alas, they are not as keen on poetry. Book’s language is a weird mixture of the deadpan optimism of Soviet propaganda (“More Innovation, More Opportunity” is the subtitle of a typical sub-chapter) and the faux cosmopolitanism of The Economist (are you familiar with shanzhai, sakoku, or gacaca?). There is a thesis of sorts in Schmidt and Cohen’s book. It is that, while the “end of history” is still imminent, we need first to get fully interconnected, preferably with smartphones. “Best thing anyone can do to improve quality of life around the world is to drive connectivity and technological opportunity.” Digitization is like a nicer, a friendlier version of privatization: as the authors remind us, “when given access, people will do the rest”. “The rest,” presumably, means becoming a secular, Westernized, democratically minded. Of course, more entrepreneurial: learning how to disrupt, to innovate, to strategize. (If you ever wondered what gospel of modernization theory sounds like translated into Siliconese, this book is for you.) Connectivity, it seems, can cure all of modernity’s problems (…..) Great beacon of hope, described as “America’s Chief Contribution to Civilization” in Singer’s catalog from 1915, did not achieve its cosmopolitan mission. (How little has changed: a few years ago, one of Twitter’s co-founders described his company as “triumph of humanity.”) In 1989 Singer company, in deeply humiliating surrender to the forces of globalization, was sold off to a company owned by Shanghai-born Canadian that went bankrupt decade later. American machines, American brains, American money were no longer American. A day Google, too, will fall. Good news is that, thanks in part to this superficial, megalomaniacal book, company’s mammoth intellectual ambitions will be a preserved for posterity to study in a cautionary way. Virtual world of Google’s imagination might not be real, but the glib arrogance of its executives definitely is.

Link: http://www.newrepublic.com/article/113272/eric-schmidt-and-jared-cohenthe-new-digital-ages-futurist-schlock

Un Nuevo Ciclo Político Europeo

1914 - 2014(…..) 2014 es un año clave. Es el fin de un ciclo político y debiera ser el comienzo de otro. Habrá un nuevo Gobierno alemán, se votará para elegir nuevo Parlamento Europeo y a fines de ese año tendremos una nueva Comisión. Es ahí donde debemos poner todos nuestros esfuerzos, empezar a movilizar desde ya a los ciudadanos, a nivel nacional como europeo. El resultado de elecciones europeas puede plantear una enorme paradoja. Justo cuando más poder tiene Parlamento Europeo, como consecuencia del Tratado de Lisboa, más grande es el riesgo que se condene a la irrelevancia. Si como resultado de las elecciones se configura Parlamento fragmentado, reflejo del estado de ánimo de las sociedades en los Estados miembros, además de poco representativo por baja participación electoral; la parálisis, la desafección y la inoperancia están garantizadas. Todas las soluciones deben pasar necesariamente por Europa. Así pues, no hay que tener miedo a ceder soberanía para llegar a la unión política mediante el proceso de creación de un sentimiento ciudadano. Debemos aprovechar este nuevo ciclo político para corregir diseño institucional europeo, dotarlo de una mayor legitimidad democrática, responder con más integración al euroescepticismo y al intergubernamentalismo. Frente a ambos, es importante recuperar el eje París-Berlín como motor del método comunitario. Necesitamos presupuesto europeo que sea suficiente para responder las expectativas, estar a la altura de retos que tenemos por delante. Resolver estas cuestiones es tan importante como resolver los problemas económicos. Por eso creo que es la hora de recuperar la política como acción transformadora. Las instituciones se legitiman por su acción eficaz, la Unión Europea (UE) debe volver al lugar que le corresponde, para defender los intereses comunes frente a los intereses nacionales. El Parlamento Europeo (PE) debe ejercer el poder que le corresponde, ser el lugar donde la ciudadanía se sienta representada. Kemal Dervis, vicepresidente de Brookings Institution, lo ha expresado recientemente: “Si se permite que los tecnócratas determinen las políticas a largo plazo y establezcan objetivos que no pueden ser controlados por mayorías democráticas, la democracia en sí misma está en serio peligro”. 2014 se cumplen 100 años del comienzo de la I Guerra Mundial. Desde entonces hasta hoy, Europa ha pasado por lo peor y por lo mejor de su historia. No olvidemos la enorme carga simbólica que tiene esta fecha para entender lo mucho que hemos cambiado. La Unión Europea es uno de los grandes hitos políticos de la humanidad. Por eso, para salir de la dificilísima situación que nos encontramos, este momento requiere lo mejor de todos los europeos para trabajar con la convicción que nuestro futuro está inexorablemente ligado a una Unión más fuerte, más integrada y más capaz.

Link: http://elpais.com/elpais/2013/05/23/opinion/1369321828_595718.html

La Revolución del 43: los Orígenes del Peronismo

Juan Domingo PerónPróximo 4 de junio en Argentina se cumplirán 70 años de la llamada Revolución Nacional o de los Coroneles, con la que el Coronel Juan Domingo Perón entra a la política del país. El golpe militar derrocó a un poder civil a cargo de los últimos vestigios de un régimen que gobernaba desde 1930, representando una alianza cívico-militar de tinte conservador en lo político, liberal en lo económico y sostenida por fraude electoral. Se inicia así un proceso de cambio nacionalista, estatista y populista, apoyado por una nueva generación militar (pro nazi-fascista y anti-norteamericana), por una creciente clase obrera y por nuevo sector empresarial nacionalista. No obstante, con el triunfo de los aliados en marzo del 45, sector opositor conformado por una creciente clase media (base partido Radical), residuos oligárquicos y por militares “liberales” y pro-aliados, exige al gobierno de facto una posición menos ambigua hacia los aliados y realización inmediata de elecciones, que Perón gana en febrero del 46 por una estrecha diferencia. Perón instala, quizás, la primera democracia populista en América Latina, pudiendo realizar sus reformas sociales gracias al auge y estado solvente de la economía y las finanzas del país, resultado de abundantes ingresos por alto precio de sus exportaciones, cereales y carne. Sus reformas para la “justicia social” beneficiaron merecidamente a los trabajadores y a una amplia población marginada y desposeída, secuela de un capitalismo con muy pocas reglas y una oligarquía terrateniente conservadora y sin conciencia social. Ese sector popular le quedó eternamente agradecido y le dio mayoría electoral cada vez que él o su movimiento se presentó a las elecciones, inclusive durante su prolongado exilio. Bajo el lema “independencia económica y soberanía política”, el gobierno se embarcó en lo que el historiador H. S. Ferns llama “agitación nacionalista y anti-imperialista.” Con las grandes reservas el gobierno nacionalizó el Banco Central; compró los ferrocarriles a unos precios mayores de los que estaban valuados; adquirió sistema de telecomunicaciones y de producción de gas y energía eléctrica; creó empresas navales y aéreas, industrias de acero y de aeronáutica y expandió la empresa de Fabricaciones Militares. También estableció el Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI) para manejar el comercio, fijar los precios de exportaciones y controlar la entrada y salida de divisas. Crece la inversión y la producción sustitutiva de importaciones, así como empleo y el consumo. Se “rescata” así el estado nacional pero se sientan las bases del nefasto estado “burocrático autoritario”, usado inclusive luego por los gobiernos militares para abusar del poder y controlar la sociedad. A fines de la década bajan precios de “commodities” debido al nuevo proteccionismo europeo; las inversiones y los créditos internacionales se dirigen a la recuperación europea (…..)

Link: http://internacional.elpais.com/internacional/2013/05/28/actualidad/1369774427_556794.html