Buscando a Wally

No todo tiene que ser mohína, esa melancólica tristeza derrotista que nos anega desde hace muchos meses. La Roja ha suspendido por unos días la pesadumbre y los físicos han hallado algo que responde a la descripción de la llamada partícula de Dios. La clave para comprender el universo y rellenar los vacíos. Lo han logrado científicos europeos unidos en fantástico proyecto de colaboración, haciendo chocar, a una velocidad próxima a la de la luz, partículas en un superacelerador circular de 27 kilómetros de circunferencia enterrado en la frontera entre Francia y Suiza. La pelea interminable de los consejos europeos por defender la eurozona y la divisa común, eurobonos, sí o no, rescates bancarios, deudas soberanas, recortes sociales, no ha generado de momento partícula milagrosa. Somos incapaces de hallar ese eslabón perdido, este de carácter político, que nos permitiría ver la luz y abandonar el túnel. En Ginebra han comprobado la existencia de una partícula elemental distinta a todas las conocidas, “permite comprender con precisión espeluznante lo que son, y cómo funcionan, a un nivel básico, casi todas las cosas” (Álvaro de Rújula, físico teórico del CERN). Es el bosón de Higgs, que al interactuar con otras partículas hacen que el vacío se llene, dejando de ser la nada. Materia para soñar. Si esas partículas no tuvieran masa no se formarían átomos, sin átomos no habría sol, ni personas. La materia de la que estamos hechos y que solo supone un 4% del universo. El resto es materia oscura. ¿Si encontráramos la partícula que hiciera entender lo que nos está pasando a nivel económico, social y político, encajaría y comprenderíamos las relaciones internacionales? Debiera ser menos complejo que el gran andamio del Universo. Es muy difícil, estamos rodeados de materia oscura. No era el bosón de Merkel, destrozado en la fatídica noche del 28 de junio, primero en Varsovia en la semifinal de la Eurocopa, y después, ya de madrugada, en los pasillos del Consejo Europeo en Bruselas, también por Italia. Alemania se vino abajo. Su receta de austeridad a ultranza con los agonizantes provoca enorme vacío europeo; el eje franco-alemán tampoco es la partícula esperada, ni tampoco ampliado a Italia y España. Una semana después de creer haber topado con la partícula de Dios, Rajoy y Monti se dan cuenta del espejismo; sin conocer aún la letra pequeña parece que Madrid y Roma tan solo han ganado tiempo. Más materia oscura: el vacío de una unión monetaria sin gobierno económico, de un euro sin banco central que actúe como prestamista de última instancia; las divergencias económicas que aumentan la brecha entre los países del norte y del sur de Europa; vacío esencial de 25 millones de parados, en su mayoría jóvenes; la materia oscura de la falta de crecimiento; una demografía pobre y una población que se quiere jubilar antes (…..)

Link: http://internacional.elpais.com/internacional/2012/07/06/actualidad/1341593941_261029.html

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