Perú da luz verde a plan para parque eólico de US$572 millones

El gobierno peruano aprobó este miércoles un plan ambiental presentado por la filial local de la energética alemana Norwind para construir un parque eólico en el norte del país, con una inversión de US$572 millones. El parque eólico Cerro Chocán -que estará ubicado en la norteña de Piura y generará 260 megavatios- aumentará el abasto eléctrico en una región afectada actualmente por cortes temporales, causados por una insuficiente capacidad de transmisión y menor generación hidroeléctrica. En la primera fase, Norwind instalará 30 turbinas eólicas con una potencia total de 60 megavatios, precisó el gobierno. Posteriormente, la empresa expandirá la capacidad de Cerro Chocán hasta los 260 megavatios con otras 100 turbinas. En el norte peruano operan grandes mineras como la estadounidense Newmont, la canadiense Barrick y la local Buenaventura. Asimismo, en esa región comenzó a operar el año pasado una planta de fosfato de la brasileña Vale y funciona la mayor refinería petrolera del país, Talara, de la estatal Petroperú. La semana pasada, el gobierno peruano también dio su visto bueno a otros planes energéticos, como el proyecto de casi US$600 millones para ampliar el ducto que lleva el gas desde el rico yacimiento Camisea hasta la costa. (Fuente: América Economía, Chile – 04/08/2011)

Director General del IICA: Agricultura puede ser eje del desarrollo en las Américas

La agricultura del hemisferio juega un papel central para resolver los desafíos de dimensiones globales tales como la seguridad alimentaria, la necesidad de energías limpias y la conservación ambiental, aseguró aquí el Director General del IICA, Víctor M. Villalobos. En 2050, el mundo tiene el reto de duplicar su producción actual de alimentos para satisfacer la demanda provocada por el aumento poblacional, dijo Villalobos ante el Senado mexicano, en el foro “Hacia una política pública para el desarrollo del sector agropecuario”. (Fuente: IICA – 04/08/2011)

La actividad se efectuó este 2 de agosto y contó con la presencia del Presidente de la Mesa Directiva del Senado, Manlio Fabio Beltrones, y el jerarca de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación de México (SAGARPA), Francisco Mayorga Castañeda. En la cita también participaron el Gobernador del Banco de México, Agustín Carstens Carstens; el ex-Ministro de Agricultura de Brasil, Roberto Rodrigues, y el ex-Ministro de Agricultura de Chile, Jaime Alfonso Campos Quiroga, así como altos representantes del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

En criterio del Director General del IICA, la agricultura de los 34 Estados Miembros del Instituto vive un momento histórico, pues puede aumentar su eficiencia y productividad mediante nuevas inversiones y modelos de desarrollo conjunto, que conviertan en oportunidad de crecimiento los mayores retos mundiales del siglo XXI. Entre estos desafíos, sobresalen el aumento de la población del orbe, que llegaría a tener más de 9.000 millones de habitantes en el 2050, la necesidad de mitigación y adaptación al cambio climático y la reducción de la pobreza. Además de ser básica para garantizar la seguridad alimentaria, la agricultura debe modificar su papel como agente de deforestación y comprometerse con la conservación ambiental, al tiempo que puede proveer materia prima para el uso de energías limpias y renovables. Villalobos expuso ante el Senado mexicano que una agricultura más desarrollada crearía mayores oportunidades económicas, las cuales permitirán a los productores ser menos vulnerables ante especulaciones financieras, y a los países impulsar fuentes de trabajo que contrarresten los efectos de las migraciones y el desempleo. La visita del Director General del IICA a México además contempla reuniones con centros de estudios superiores e investigación científica y tecnológica de ese país, durante toda la semana.

Consejo de Ministros de ALADI se reunirá la próxima semana

El Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) se reunirá la próxima semana en Montevideo para analizar la marcha del organismo, designar un nuevo secretario general y abordar temas pendientes como la solución de controversias y las nuevas incorporaciones de Panamá y Nicaragua. El anuncio fue formulado durante la reunión del Comité de Representantes de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, Perú, Paraguay, México, Venezuela y Uruguay en la que despidieron al argentino Ricardo Harstein, que deja su cargo de subsecretario general del organismo. El Consejo de Ministros es el máximo órgano de decisión política de la ALADI y fija las políticas gubernamentales en el marco del proceso de integración. Se espera que durante la reunión prevista para el 11 de este mes Panamá quede virtualmente incorporado al organismo, dijo a la AP la embajadora panameña Digna María Donado, quien confirmó la reunión del Consejo de Ministros. Agregó que para entonces esperan finalizar todos los trámites necesarios para la incorporación formal. En tanto Mauricio Gelli, encargado de negocios de Nicaragua, informó a la AP que se enviará una delegación técnica de ALADI para ajustar todos los mecanismos para la incorporación de ese país centroamericano al organismo. El Consejo de Ministros también tiene previsto designar al nuevo secretario general que reemplazará al chileno Oscar Quina, que ejerce interinamente el cargo desde el alejamiento del paraguayo José Félix Fernández Estigarribia. Argentina propuso para secretario general a Carlos Alvarez, ex vicepresidente argentino entre 1999 y 2000, cuando renunció por discrepancias con el entonces presidente Fernando de la Rúa en una de las más serias crisis que atravesó ese país. Ningún otro país presentó un candidato. De acuerdo con las normas de la ALADI, un país puede patrocinar a un candidato y solicitar el apoyo de los socios, en busca de que la designación sea por consenso. Si hay más de una candidatura, debe efectuarse una elección y escogerlo por mayoría de votos. Alvarez fue entre 2006 y 2009 presidente de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur, el bloque económico que integran Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay. ALADI fue creada en 1980 en reemplazo de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) que surgió por el Tratado de Montevideo de 1960. En 2010 el comercio regional fue de 133.000 millones de dólares, un 24,6% más que en 2009 cuando los países comenzaron a salir de la crisis económica y financiera internacional. (Fuente: Univision.com, Estados Unidos – 04/08/2011)

Expertos advierten que el mundo está mal posicionado para una nueva crisis

Con los mercados financieros revueltos y el crecimiento económico en desaceleración, las autoridades del mundo podrían verse obligadas a cooperar de nuevo para intentar enfrentarse a una crisis, como lo hicieron con éxito entre el 2008 y 2009. Los bancos centrales tienen menos margen para suavizar la política monetaria del que tenían hace tres años; los gobiernos faltos de efectivo no pueden permitirse fomentar tanto el gasto, y la desorganización política en algunos países podría complicar aún más la adopción de políticas globales coordinadas. (Fuente: Agencia Reuters – 04/08/2011)

«¿Qué puedes hacer? En política monetaria, claramente nadie está de acuerdo con nadie. En política fiscal, todo el mundo está bloqueado», explicó el economista de Deutsche Bank Gilles Moec. En otros aspectos, la situación global no es ni de lejos tan mala como en el 2008. Los bancos se han reforzado desde el colapso del estadounidense Lehman Brothers y el mundo sigue alejado de una recesión. Puede que JPMorgan haya reducido esta semana su previsión de crecimiento para Estados Unidos en el 2012, pero sigue esperando una expansión del 1%. Las bolsas mundiales han caído casi 10% en el último mes, pero el índice de acciones mundiales MSCI sigue estando 90% por encima de su mínimo del 2009.

«Conozco gente que dice que esto se parece mucho al 2008, pero no creo que estemos ahí. En el 2008, podías señalar al problema en el sector bancario y había bancos en quiebra», afirmó el economista de Nomura Jens Sondergaard. Aun así, las tendencias se han vuelto claramente negativas. Los índices de gerentes de compras nacionales en todo el mundo han caído cerca o por debajo del umbral que separa el crecimiento de la contracción. La caída esta semana del rendimiento de los bonos del Gobierno británico a mínimos récord subraya tanto el nerviosismo de los inversores como una sombría previsión de crecimiento. En algunos aspectos, la situación es más preocupante que en el 2008: hay una amplia preocupación entorno al riesgo de rebaja de la calificación del crédito soberano de Estados Unidos y a un ataque al mercado de bonos de Italia, pero las acciones de los bancos en Wall Street y Europa están de nuevo entorno a los niveles que marcaron en la época del colapso de Lehman. «La diferencia (entre el 2008 y ahora) es que no es sólo una crisis de moneda y bancaria, ahora se tiene una crisis de moneda, bancaria y soberana», comentó Sylvain Broyer, analista de la firma financiera europea Natixis. La inesperada decisión del Gobierno suizo de recortar el miércoles las tasas de interés para combatir la rápida apreciación del franco suizo fue percibida por algunos analistas como un posible precursor de esfuerzos concertados de los bancos centrales del G-20 por estabilizar los mercados.

Steen Jakobsen, economista jefe del banco europeo de inversiones Saxo Bank, dijo que es probable que por ahora las naciones del G-20 dejen la tarea de manejar las tensiones en los mercados a sus bancos centrales, que pueden actuar de forma relativamente flexible y rápida. Pero si el clima económico sigue empeorando, quizá con otro 10% de caídas en las bolsas mundiales, los gobiernos del Grupo de las 20 mayores economías del globo podrían verse forzados a hacer un pacto concertado de medidas para proteger los mercados y el crecimiento, como hicieron en la cumbre de Londres en abril del 2009, señaló Jakobsen. Al mostrar solidaridad entre los líderes mundiales y prometer 1,1 billones de dólares para instituciones de préstamo global y financiamiento comercial, la cumbre de Londres logró tranquilizar a los inversores lo suficiente como para apoyar una recuperación en los mercados y el crecimiento económico. Ahora, sin embargo, podría ser más difícil que los gobiernos mostrasen esa solidaridad.

El presidente Barack Obama se ha debilitado políticamente, y sus opciones de política económica se han reducido por su batalla por elevar el techo de deuda de Estados Unidos. Algunos países grandes están más avanzados en sus ciclos electorales, complicando las decisiones. Se esperan comicios en Estados Unidos, Alemania y Francia en los próximos años, así como un cambio de liderazgo en China. «La maniobrabilidad de los gobiernos es mucho menor de lo que fue en la última crisis. Mucha gente quiere aparecer resistiendo a la presión», apuntó Jakobsen. En la crisis del 2008-2009, el Fondo Monetario Internacional jugó un gran papel coordinando la respuesta global, pero ahora hay muestras de división interna, con críticas de las potentes economías emergentes sobre las políticas de los gobiernos occidentales. El mes pasado, los directores brasileños e indios del FMI advirtieron a la dirección del fondo contra inyectar más sumas grandes de ayuda en la crisis de deuda de la zona euro, mientras que los medios oficiales chinos han descrito a los políticos estadounidenses como irresponsables a nivel global por su disputa sobre el techo de deuda. Estas tensiones podrían complicar los acuerdos del G-20 sobre varias áreas, como la intervención monetaria conjunta, rebajas coordinadas de las tasas de interés o una política fiscal expansiva.

En carne propia

Mi teléfono móvil sonó justo cuando un militar de mirada severa me extendía las planillas para solicitar el permiso de salida. La casona de las calles 17 entre J y K se veía restaurada: nuevas ventanas de aluminio y cristal, la pintura retocada y una ampliación del número de sillas para la larga espera. Nada en aquella institución recién renovada indicaba ayer lunes que fueran a disminuir las restricciones de entrada y salida al país. Más bien parecía que la enorme industria sin chimeneas de las limitaciones migratorias –con considerables dividendos anuales en moneda convertible– seguiría en pie por largos años. Tomé la llamada con desgano, agobiada ante la burocracia que llevaba triturándome toda la mañana. Una voz casi metálica, pasada por los circuitos de Skype, me preguntó: “¿Supiste lo que dijo Raúl Castro?”. Llegué a casa y escuché entonces el discurso del presidente cubano ante la Asamblea Nacional. Casi al final, anunció que se estaba “trabajando para instrumentar la actualización de la política migratoria vigente”. Sin embargo, en mis manos tengo ahora todas esas planillas para obtener la autorización de viaje y un pasaporte relleno de visas que no he podido usar. El jueves próximo debo llegar al evento BlogHer en San Diego, pero resulta impensable que las flexibilizaciones vayan tan rápido como para abordar ese avión a tiempo. Escuchando al nuevo Máximo Líder, evoqué a un amigo que decía medio en broma, medio en serio: “En Cuba ni las aperturas son tan abiertas ni los cierres tan cerrados”. En este caso, no puedo desprenderme del escepticismo que brota de mi experiencia personal, con 16 negativas de viaje en apenas cuatro años. La posibilidad de salir y entrar de nuestro propio país ha sido durante demasiado tiempo un elemento de coacción ideológica. Obtener esa tarjeta blanca que nos permite saltarnos la insularidad o la “habilitación” para entrar a territorio nacional, se ha condicionado a que seamos “políticamente correctos”. No creo, realmente, que el banderín vaya a levantarse a la misma altura para todos. Una lista de personas que no pueden salir quedará en alguna gaveta, una letra de tinta escarlata marcará a quienes no van a beneficiarse con esta reforma. No obstante, algo se mueve en la dirección acertada. Tengo al menos la esperanza de que cuando una mayor cantidad de cubanos logre viajar libremente, entonces se verá más bochornosa la inmovilidad forzada de otros. (Fuente: art. Yoani Sánchez – El Universo – 04/08/2011)

Aportes para un necesario debate sobre el futuro de la OMC

Las dificultades para concluir las negociaciones de la Rueda Doha están abriendo un saludable debate sobre el futuro de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y sus funciones en el comercio internacional. Es un debate que no podría estar ausente de su Octava Conferencia Ministerial, a realizarse en Ginebra en diciembre próximo. Tampoco podría estarlo de la Cumbre del G20 que tendrá lugar semanas antes en Cannes. En ambas oportunidades, Argentina y Brasil podrían incidir con sus propuestas en el eventual rescate de la Rueda Doha y en el diseño de una nueva etapa de la OMC. Lo razonable es esperar que coordinen antes sus posiciones y que, en lo posible, puedan también reflejar los puntos de vista del Mercosur y de la región sudamericana. (Fuente: art. Félix Peña – Cronista Comercial, Argentina – 04/08/2011)

Tres preguntas podrían ser parte de la agenda de este debate. No son las únicas posibles y cada una puede ser objeto de múltiples desdoblamientos. Son las que estuvieron presentes este 7 de julio en la reunión de un grupo de trabajo del Evian Group en Lausanne: ¿cómo sería posible evitar el colapso definitivo de la Rueda Doha, aunque sea concluyéndola en una versión menos ambiciosa que la prevista originalmente? Si ello no fuera factible ¿cómo podría preservarse a la OMC del eventual impacto negativo que tal colapso tendría sobre su eficacia, credibilidad y relevancia? Y aún en el caso que la Rueda Doha fuera rescatable ¿cómo se podría concentrar energía política e imaginación técnica en el diseño de una nueva etapa de la OMC, que permita capitalizar las experiencias acumuladas en estos últimos diez años, fortalecerla en sus funciones esenciales, e innovar en su agenda de cuestiones prioritarias, en sus métodos de trabajo y en sus modalidades negociadoras?

Al procurar respuestas a esas preguntas conviene que en ese debate se tomen en cuenta tres datos sobre la OMC. El primero es que en la actualidad se inserta en una realidad mundial distinta a la que le diera origen en 1994. Desplazamientos de poder relativo entre los países y protagonismo asertivo de economías emergentes y re-emergentes -tal los casos de China e India-; creciente relevancia de las múltiples modalidades de redes internacionales de producción -que se refleja en el concepto “hecho en el mundo”-, y proliferación de acuerdos comerciales preferenciales -unos 300 según el Informe sobre el Comercio Mundial 2011, recién publicado en Ginebra-, son algunos hechos que ilustran sobre un nuevo contexto. Todo indica que éstos y sus efectos se acentuarán en los próximos años. El segundo dato se relaciona con la vigencia y relevancia de algunas de las funciones esenciales de la OMC, que conviene fortalecer. Son las de crear reglas que permitan lograr un grado razonable de disciplinas colectivas en las políticas comerciales de los países miembros; un ámbito para encausar distintas modalidades de negociaciones comerciales internacionales -globales, plurilaterales, sectoriales, preferenciales-, y un mecanismo eficiente de solución de controversias originadas en la aplicación de sus reglas. Y el tercero, es que desde su creación ha acumulado experiencias, incluso con la Rueda Doha, que son útiles -tanto sus aspectos positivos como negativos- para apreciar la eficacia potencial de diferentes mecanismos e instrumentos orientados al crecimiento del comercio mundial y a acentuar su impacto en el desarrollo económico sustentable de sus países miembros, en especial los menos avanzados.

Más que de un debate limitado a los medios diplomáticos de Ginebra y de las respectivas capitales, e incluso al plano académico, la respuesta a tales preguntas debería surgir también de la participación en cada uno de los países miembros de la OMC de los múltiples protagonistas con intereses creados en las relaciones comerciales internacionales, gubernamentales o no gubernamentales. Podría ser un debate en el que las modernas tecnologías de la información permitieran, si así se procurara, una participación amplia de todos los interesados. Ello se lograría en la medida en que ella sea valorada y facilitada al menos por los principales miembros de la OMC. Incluso se abriría, en tal caso, el camino para avanzar hacia una OMC 2.0. Se puede aprovechar al respecto el potencial que brinda la nueva e inteligente versión de la página Web de la organización.

Só a escola tira da pobreza‏

Não se mede o sucesso de um programa tipo Bolsa-Família pela quantidade de pessoas beneficiadas. É certo que o programa tem o objetivo imediato de aliviar a pobreza corrente e oferecer um mínimo de conforto para as famílias mais necessitadas. Mas isso não retira as pessoas dessa condição. Elas continuam dependendo do dinheiro do governo. Nesse caso, trata-se de assistência social, não de um programa de redução e eliminação da pobreza. Como esse objetivo poderia ser atendido? (Fonte: art. Carlos Alberto Sardenberg – O Estado de S. Paulo – 06/06/2011)

A medida essencial está no progresso escolar das crianças atendidas. A ideia básica para esses programas, desenvolvida no âmbito do Banco Mundial, partiu do seguinte ponto: as famílias mais pobres transmitem a pobreza a seus filhos porque não têm recursos para mandá-los para a escola ou porque precisam do rendimento do trabalho dessas crianças. Sem educação formal, estas não encontram bons empregos e, assim, não têm como escapar da pobreza. Daí o nome técnico do programa – Transferência de Renda com Condicionalidades (Conditional Cash Transfer) – e sua regra básica: a mãe recebe uma renda mínima e mais dinheiro conforme o número de crianças na escola. Trata-se de cobrir aquilo que o menino ou a menina poderiam ganhar trabalhando.

A ideia de entregar o dinheiro partiu da constatação do fracasso de programas antigos, como a distribuição da cesta básica. Em todos os países os problemas se repetiam: corrupção na compra pelo governo, erros na composição da cesta, perdas na distribuição. Auditorias mostravam que, a cada R$ 1 alocado para o programa, menos da metade chegava na casa das famílias pobres. Que tal dar o dinheiro à família? Muitos tecnocratas diziam que isso daria errado, pois as pessoas gastariam tudo com bobagens ou, pior, com bebida, cigarro e jogo. Um equívoco. A prática provou que as famílias sabem cuidar de si, especialmente quando o dinheiro é entregue para a mãe, como é o caso dos atuais programas. A segunda ideia boa foi exigir uma condição: a bolsa está condicionada basicamente à presença da criança na escola e, mais que isso, ao seu progresso na educação (frequentar aulas, passar de ano, etc.). No México, Oportunidades, o primeiro programa de âmbito nacional na América Latina, iniciado em 1997 e hoje considerado o mais bem implementado, a bolsa paga por criança aumenta na medida em que esta progride na vida escolar. Vai de US$ 10 (mensais), para alunos do ensino primário, a US$ 58, para os rapazes no 3.º ano do ensino superior, com até 22 anos. As meninas recebem bolsa maior (US$ 66 no ensino universitário) porque são retiradas da escola com mais frequência, para ajudar na casa e no cuidado com os irmãos. Além disso, o México Oportunidades ainda paga uma caderneta de poupança para alunos do ensino médio. Concluindo o curso, eles podem usar o dinheiro para iniciar um negócio ou financiar os estudos universitários.

No Brasil, o Bolsa-Família atende crianças de até 15 anos. Eis, pois, um caminho para aperfeiçoar o programa brasileiro, sobretudo porque há um problema grave de evasão escolar e atraso no ensino médio. Outro ponto que se poderia copiar do México: o programa é auditado por uma instituição independente. Resumo da ópera: o programa pode atender 1/4 da população, como ocorre no Brasil e no México, mas fracassará se as crianças não estiverem avançando na escola. Vai daí que a melhora do ensino público é uma condição essencial. É preciso prestar atenção no foco, porque há sempre uma visão político-clientelista, dinheiro em troca de votos, como, aliás, denunciava Lula em suas campanhas eleitorais antes de ganhar. Ele atacava a distribuição de cesta básica e tíquete de leite, definida como prática eleitoral para ganhar o povo pela barriga. Dizia mais o candidato Lula: «Eles (dirigentes) tratam o povo mais pobre da mesma maneira que Cabral tratou os índios, distribuindo bijuterias e espelhos para ganhar os índios. Hoje, eles (da elite) distribuem alimentos…Tem como lógica manter a política de dominação». Isso vale para o Bolsa-Família, se o programa for apenas, ou principalmente, de distribuição de dinheiro aos pobres. Há até um argumento econômico a favor dessa distribuição: os beneficiados gastam o dinheiro e movimentam o consumo, de modo que, quanto mais dinheiro dado, melhor. Os pobres continuam pobres, mas gastando o dinheirinho recebido das mãos dos políticos no governo e…votando neles. O que muda tudo é o foco na educação, o efetivo progresso escolar das crianças.

O programa Transferência de Renda com Condicionalidades, desenvolvido no Banco Mundial, foi testado no início dos anos 90 em Honduras. No Brasil, a primeira experiência nasceu em Campinas, em 1994, numa iniciativa do prefeito José Roberto Magalhães. Era um Bolsa-Escola. Um ano depois, o então governador Cristovam Buarque introduziu o programa em Brasília. Buarque batalha a ideia desde os anos 80. Colaborou com pesquisadores do Banco Mundial e a Unicef, que estiveram em Brasília, e ajudou o prefeito Magalhães. O primeiro programa nacional em larga escala começou no México, em 1997. O Brasil foi o terceiro país, com o Bolsa-Escola de 2001, governo FHC, numa iniciativa do Comunidade Solidária, de Ruth Cardoso, que participara dos estudos no Banco Mundial. Em 2002, o Bolsa-Escola e outros programas semelhantes atendiam mais de 4 milhões de famílias. No início de 2004, depois do fracasso do Fome Zero, o presidente Lula criou o Bolsa-Família, juntando todos aqueles programas. E ampliou o número de famílias beneficiadas para 12,5 milhões. O risco, hoje, é afrouxar o controle da vida escolar das crianças, tolerar as faltas à escola e acabar levando o programa mais para a distribuição de dinheiro do que o apoio à educação. Ao anunciar a ampliação do Bolsa-Família na semana passada, a presidente Dilma pouco falou da escola. 

Democracia y autoridad

Hace no muchos años, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentó un informe titulado «La democracia en América latina», que contenía una opinión sobre la vigencia de este sistema en la región. Tal visión, según el informe, se sintetizaba en un descontento mayoritario por la falta de respuesta del sistema a los problemas cotidianos. Era una conclusión muy preocupante, porque, según el señor Mauricio Valdez, residente de la ONU en el Ecuador, lo que parecía ser la causa de esta debilidad era el correlativo debilitamiento del rol del Estado, aconsejado por Washington entre los años 1980 y 1990. (art. Enrique Valle Andrade – Diario Hoy, Ecuador – 03/08/2011)

Según Valdez, se les fue la mano en seguir estas políticas y se quitó fuerza al poder público. El remedio sería entonces involucionar y volver a fortalecer al Estado. Personalmente, estimo que había un grave error en el fondo del informe al haber vinculado la fortaleza de la democracia con la amplitud que abarca el ámbito de poder del Estado. No necesariamente existe una supeditación de lo uno a lo otro. La mera existencia de un Estado con una exagerada presencia en todos los espacios de la sociedad no es garantía de estabilidad democrática cuando hay debilidad en el ejercicio de la autoridad por parte de aquellos a quienes corresponde aplicarla y hacer efectivo el imperio de la Ley.

La fortaleza democrática se sustenta en la solidez de las instituciones y en una fidedigna vocación de respeto a la legalidad por parte de los ciudadanos. Si esto no existe, siempre estará en riesgo la democracia, cualquiera sea el tamaño del Estado. También eran peligrosas las conclusiones del informe porque sugerían que los ciudadanos prefieren los regímenes autoritarios a los democráticos, y eso abre las puertas a los Gobiernos con tendencias al cesarismo democrático. Lo que realmente quieren los pueblos de América Latina es que sus gobernantes sepan imponer la autoridad, cosa muy distinta a la vocación por las dictaduras. En el Ecuador de los últimos 15 años, hemos tenido de todo, desde aquellos que ejercieron el poder con sentido de autoridad, pasando por los que no supieron ejercerla y gestaron su propia inestabilidad, hasta aquellos que han exagerado el ejercicio de la autoridad hasta olvidar que la fuerza que la sustenta solo puede basarse en el respeto al derecho y a la consistencia de las instituciones democráticas. ¿Por qué la diferencia entre unos y otros? Porque no todos supieron responder con apego a los cánones democráticos a los altibajos de popularidad ni enfrentar los acendrados embates de la oposición, con una actitud respetuosa ante la opinión adversa, como debe hacerlo un estadista. Nuestra democracia necesita para su vigencia incólume de presidentes con energía y autoridad moral para ejercer la autoridad política. No requiere para ello de un antihistórico retorno a la vieja y nefasta época del Estado omnipotente y de los gobernantes autoritarios. Intolerancia y democracia son agua y aceite; jamás pueden mezclarse.